Quien me iba decir que aun a Los 26 seguiría aprendiendo los misterios del amor. Aprender que para amarlo no necesito que sea mío, ni ponerle un título a lo que se siente. Siempre he creido que el amor debe ser libre. Pero los seres humanos nos empeñamos en poner títulos, reglas, y contratos. Pero el amor es algo rebelde llega cuando menos lo esperas, de quien menos lo imaginaste, y se va sin avisar. Por eso no presionó lo nuestro porque lo amo aunque no esté conmigo y lo amaría igual si estuviera aquí. Yo ofrezco el amor más puro que conozco que es amar sin imposiciones, amar en completa y entera libertad. Si lo desea puedo ser las raíces que lo retienen, pero también puedo crearle alas para volar. Es una decisión autónoma!